Es de mi agrado poder compartir con ustedes algunas consideraciones sobre la educación de los niños en su fe, en el marco del Año de la Fe.
La fe, bien sabemos, es un don de Dios, que recibimos por iniciativa suya y a este don estamos amorosamente llamados a corresponder.
Aquí ya podemos reconocer un primer paso en la educación en la fe de los niños: la importancia de que los padres pidan el bautismo para sus hijos desde muy pequeños. De manera que reciban el don de la fe y la vida nueva, la vida de los hijos de Dios.